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Desde 2008 abrimos anualmente un blog para ofrecerles mis artículos que aparecen en los medios de comunicación. Pueden abrir los otros blogs para leer artículos escritos en esos años. Son trabajos de aproximadamente 850 palabras cada uno.

La mayoría de los artículos que aparecen en los blogs se refieren a la coyuntura panameña. Sin embargo, se colocan en el contexto de lo que está ocurriendo a escala global y regional. Muchos artículos se refieren también a los problemas internacionales, tanto los relacionados con la crisis del capitalismo global como los ajustes geopolíticos que se experimentan en América latina.

jueves, 29 de mayo de 2014

El Observatorio sobre las Drogas de la Universidad de Panamá

La Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá presentó el Informe del Observatorio sobre las Drogas, correspondiente a 2013. La actividad fue abierta a todo el público. Además, se invitó a la diputada electa Ana Matilde Gómez, ex -procuradora general de la Nación, quien disertó sobre el problema de las drogas. Igualmente, la directora de la Escuela de Relaciones Internacionales, Briseida Allard, abordó lo referente a las normas internacionales.
Durante tres años seguidos (2011 – 2013), el Observatorio de las Drogas de la Universidad de Panamá le ha dado seguimiento a los problemas que genera para el país el tráfico de drogas ilegales, así como el impacto que tiene este flagelo sobre la salud de la población. Las dimensiones del problema de las drogas es de tal magnitud que el gobierno nacional le dedica enormes recursos para controlar el tráfico. Incluso, en una alianza con EEUU le ha declarado la ‘guerra’ a las drogas.
La llamada guerra contra las drogas ha generado muchas preguntas a nivel internacional, por su orientación confusa y por los pocos resultados concretos. Muchos países, incluso, EEUU, han comenzado a descartar estas medidas de fuerza de tipo militar y están buscando soluciones más realistas.
Los miembros del Observatorio han presentado las inquietudes de sus investigaciones en varios escelarios incluyendo el Congreso Científico de la Universidad de Panamá, los foros de la Universidad Autónoma de Chiriquí y en los encuentros inter-disciplinarios sobre las drogas que organiza la Facultad de Enfermería.
El informe se divide en siete secciones. La primera presenta el debate legislativo que se realiza en casi todos los países de la región sobre la regulación del consumo y comercialización de muchas de las drogas que actualmente son ilegales. En la segunda sección se presentan 4 investigaciones realizadas en Panamá en torno al problema de las drogas. El magíster Azael Carrera y el licenciado Virgilio Bazán, miembros del Observatorio, aportan sus avances de investigación que abordan los retos metodológicos y los problemas políticos, respectivamente. También se incluyen investigaciones de la periodista Adelita Coriat y Corina Giacomello. La primera sobre la relación del crimen organizado con el narcotráfico. En el segundo caso, un estudio sobre el impacto del tráfico sobre la mujer y las privadas de libertad.
En la tercera sección se publican las conferencias presentadas en el Congreso Científico de la Universidad de Panamá. La cuarta sección presenta tres documentos que nos permiten observar la dirección en que se mueve el problema de las drogas y su tratamiento en nuestra época. El primero es un extracto del discurso a la Nación pronunciado por el presidente Ricardo Martinelli, el 2 de enero de 2013, con la política del gobierno panameño sobre el problema de las drogas en el país. También se presenta la conferencia del ministro de Justicia de EEUU, Eric Holder, donde plantea la necesidad de realizar una revisión global de lo relacionado con la definición legal del consumo de drogas y su penalización. No se encontró una versión en español de este discurso. Sin embargo, por su trascendencia se publica. Por último, una conferencia del papa Francisco, en Brasil, donde aborda la cuestión de las drogas y presenta la posición del Iglesia católica.
La quinta sección presenta una bibliografía sobre las drogas en América latina. Así mismo, en la sexta sección se presentan varios cuadros que ilustran las tendencias relacionadas con el problema de las drogas ilícitas.
Por último, se presenta un cronograma que le da seguimiento a las publicaciones periódicas (diarias) sobre el problema de las drogas en los medios escritos de la ciudad de Panamá. En su gran mayoría las notas están relacionadas con los operativos policiales y los decomisos de drogas. Las noticias hacen énfasis en las relaciones de los estamentos de seguridad panameños con las fuerzas armadas de EEUU y Colombia. El Observatorio da cuenta de la escasez de información sobre políticas de educación, investigación y salud en el país.
En 2014 el Observatorio sobre las Drogas sigue trabajando dándole seguimiento al problema de las drogas y le dará asesoría a las distintas instancias, tanto de la Universidad de Panamá como a las instituciones extra-universitarias. El observatorio está formado por un equipo multi-disciplinario que incluye sociólogos, psicólogos, enfermeras y bibliotecarios. Además, cuenta con la participación de la Facultad de Enfermería, del Instituto de Criminología y la Biblioteca “Simón Bolívar”.
29 de mayo de 2014.

jueves, 22 de mayo de 2014

Un gobierno al servicio del país y su gente

El próximo gobierno panameño tiene que enfrentarse a los mismos problemas que no fueron resueltos por sus predecesores. El hecho de que no encontraron soluciones no fue por incapacidad gubernamental ni por obstáculos imposibles de remontar. Los problemas más graves y que requieren medidas urgentes no fueron resueltos porque no estaban en la agenda de los gobiernos de los últimos 25 años.
A pesar de los discursos, los programas y las promesas, los gobiernos de los partidos tradicionales no tienen como objetivo resolver los problemas del país y mucho menos los problemas de la gente. Desde hace 25 años el problema que requiere la solución más urgente es la creciente pérdida de fuentes de trabajo decentes. A falta de empleos, se deteriora el tejido social del país, comenzando por la familia. Si la familia se desintegra, lo mismo ocurre a nivel de la comunidad. Panamá, según las estadísticas, se encuentra en una grave crisis como consecuencia de que el 50 por ciento de los trabajadores del país son informales (desempleados de hecho).
El equipo que está armando el presidente Juan C. Varela tiene una larga trayectoria como funcionarios a todos los niveles en los distintos gobiernos del pasado reciente. En 1990 los más veteranos participaron en la administración del presidente Endara (1990-1994). Después, muchos se foguearon en el equipo de la presidente Mireya Moscoso (1999-2004). Entre 2009 y 2012, durante los primeros 26 meses de la administración de Martinelli, formaban parte de su equipo los funcionarios que ahora ostentarán los rangos más altos. El presidente electo Varela ya nombró a Alemán Healy, quien fue vice-canciller del actual presidente Martinelli. Igualmente, el futuro ministro de Economía y Finanzas, Dulcidio de la Guardia, fue viceministro en el gabinete del presidente saliente. Todo indica que la mayoría de los miembros del gabinete del presidente Varela serán escogidos de ese sector.
Por un lado, es saludable que los colaboradores del presidente entrante tengan experiencia. Por el otro, sin embargo, despierta sospechas el hecho que sus contribuciones a la buena administración de la res-pública dejara mucho que desear. Hay fuertes indicios que el nuevo ocupante del Palacio de las Garzas estará rodeado de políticos que responderán sólo a los intereses de los grandes emporios locales e internacionales. Los anuncios preliminares realizados por los ministros designados apuntan a que continuarán las políticas del presidente Martinelli.
Martinelli presidió el traslado más monumental de riquezas en la historia del país de los sectores más pobres del país (75 por ciento de la población) al 2 por ciento más rico. Martinelli administró casi 80 mil millones de dólares (el presupuesto nacional entre 2009 y 2014) y presidió un período que produjo 170 mil millones, sin incluir las riquezas que entraron a la economía por la vía ilegal. El 2 por ciento más rico del país se apropió del 90 por ciento de esa riqueza creada en 5 años
Esta riqueza se puede medir fácilmente cuando vemos (con nuestros propios ojos) el estado ruinoso en que están las escuelas oficiales, los centros de salud, las viviendas en los sectores populares y el estado de las calles y caminos en las comunidades donde viven los trabajadores. En cambio, vemos cintas costeras, rascacielos, hospitales (que dicen que son del ‘primer mundo’), academias, resort exclusivos y carnes de Iowa para una población elite.
Los programas “120 para los 65”, beca universal y otros que representan una subvención de 400 millones de dólares al año continuarán. Las subvenciones para quienes compran yates y aviones jet suman la misma cantidad. Cada empresario que invierte ilegalmente en la construcción de represas en tierras de la comarca Ngobe-Buglé – como Barro Blanco - recibe otra subvención de 400 millones de dólares. En total, las subvenciones a los empresarios sumaron aproximadamente 5 mil millones de dólares en cada presupuesto del último lustro.
El presidente entrante tiene que enfrentar el problema de la educación nacional. La cuestión educativa tiene 50 años de arrastre y no hay solución a la vista. Nuestra clase gobernante quiere convertir la educación en un negocio. Aún no hay manera de convencerlos que la educación es un servicio. Varela dice que hará un gobierno al servicio del país. Afirma que no será un gobierno para hacer negocios. Si aplica esta idea al sector educación, durante los cinco años de su gestión, el país quizás retroceda un poco menos que el gobierno que presidió Martinelli.
22 de mayo de 2014.

jueves, 15 de mayo de 2014

El voto popular garantizó triunfo conservador


Han pasado diez días desde el triunfo del equipo que encabezó el presidente electo, Juan C. Varela. Aún siguen festejando los despachos superiores de las grandes corporaciones, así cómo los buffet de las prestigiosas firmas legales. Las cúpulas empresariales todavía no se explican como fue derrotado el presidente saliente, Ricardo Martinelli. Sólo saben que se sacaron de encima un peso que amenazaba con acabar con sus planes de gobernar el país – en estrecha convivencia con los intereses de EEUU - por muchos quinquenios más.
Este sentimiento de sosiego también se reflejó entre los sectores de las capas medias altas – conservadoras – que sentían amenazados sus estilos de vida e, incluso, en algunos casos, su estabilidad económica. Martinelli había promovido algunas leyes que incrementaban los impuestos a los bienes inmuebles.
El triunfo electoral de la candidata a diputada independiente y ex-procuradora general de la Nación, Ana Matilde Gómez, fue celebrado con igual entusiasmo que la victoria de Varela y del candidato a la Alcaldía del distrito de Panamá, José I Blandón. La victoria de Varela fue del Partido Panameñista, colectividad debilitada en los últimos lustros. Sin embargo, el logro de Varela fue asumido como propio por los sectores más conservadores del gran capital y de las capas medias más acomodadas del país. Incluso, sectores de la oposición que no eran de la alianza de Varela se sintieron satisfechos con la derrota de Martinelli.
El triunfo de Varela, sin embargo, no se lo debe a la votación de esos sectores anquilosados en el tiempo. Sin hacer fiesta, sin celebraciones, los sectores populares del país – del campo y de la ciudad – salieron a votar por el candidato panameñista. Votaron y regresaron a sus casas para ver por televisión el espectáculo de los políticos gritando y festejando mientras que otros (como el presidente saliente) no podía contener las lágrimas.
El 70 por ciento de los panameños que votaron en contra de Martinelli no creen que Varela va a cumplir con sus promesas. Varela también sabe que no cumplirá con sus promesas. Congelar, regular o controlar los precios de los productos de la canasta básica no están en su plan de gobierno. Tampoco pretende desarrollar una política que enfoque las demandas populares en materia de educación, salud y vivienda. La política económica de Varela estará al servicio de los grandes capitales nacionales y extranjeros que explotan, por un lado, y despojan, por el otro, a la población trabajadora. Los intereses mineros, hidroeléctricos e inmobiliarios (ciudad y playa) tenderán su lugar privilegiado en el consejo de Gabinete. Igual suerte tendrán los representantes de los intereses bancarios, marítimos y especulativos. Coparán los cargos del Gabinete, de la Corte Suprema de Justicia, de la Autoridad del Canal de Panamá, del Banco Nacional y otras instancias.
Los 1.25 millones de votantes que derrotaron a Martinelli seguirán su rutina diaria para sobrevivir en un país cuya clase gobernante concentra cada vez más riqueza a expensas de los trabajadores. La única noticia positiva producto de los comicios – además de la derrota de Martinelli – es la confirmación que en Panamá existe un pueblo sabio. Si se analizan los resultados de las elecciones – presidencia, diputados, alcaldes y representantes – salta a la vista que los panameños no votaron siguiendo una línea política determinada o los deseos de los ‘gamonales’.
Votaron por lo que creyeron que representaba mejor sus intereses a corto plazo. Muchos pueden rechazar esta lógica que propongo teniendo en cuenta la bajísima votación captada por los candidatos progresistas o de la izquierda política que presentaron sus candidaturas en el torneo electoral.
Ambas ofertas, de Juan Jované y de Genaro López, tenían el mejor contenido programático en función de los intereses de las mayorías del país. Sin embargo, los activistas políticos de la izquierda aún no conectan su discurso con las aspiraciones populares. Jované fue aplaudido por su capacidad para identificar los problemas del país. Genaro fue felicitado por su liderazgo sindical.
La falta de un elemento que conecte estos discursos progresistas con los anhelos populares es lo que falta para convertirlos en propuestas electorales viables. La clase gobernante con su estilo cada vez más arrogante y excluyente está ayudando a las organizaciones progresistas. Jovane y el FAD seguirán trabajando para encontrar la fórmula que les permita llegar a las bases sociales del país. Cuando eso ocurra – más temprano que tarde – tendremos el país que todos anhelan, con democracia y justicia social.
15 de mayo de 2014.

jueves, 8 de mayo de 2014

Varela, proclamado presidente electo de Panamá

La victoria electoral del panameñista Juan C. Varela fue, sin duda, el hecho más importante del torneo celebrado en Panamá. La derrota del candidato oficial, José Domingo Arias, fue recibida con alivio, especialmente por sectores del gran capital panameño. No tanto por lo que representaba el aspirante sino por lo que consideraban un intento del presidente saliente, Ricardo Martinelli, para quedarse en el poder. A su vez, Juan C. Navarro llevó su nave partidista – el Partido Revolucionario Democrático (PRD) - a una estrepitosa derrota, inesperada por los observadores políticos.
Los resultados, en otras palabras, no cuadraban con los análisis realizados con anterioridad a las elecciones. ¿A qué podría deberse esta confusión generalizada? En primer lugar, los analistas depositaron su ‘fe’ en las encuestas. Todas fallaron en sus pronósticos. Este fracaso puede deberse a dos causas. Por un lado, las muestras con las cuales trabajaban las empresas encuestadoras se desdibujaron y se alejaron de una distribución correcta de la población. Por el otro, el instrumento estadístico podría haber sufrido alteraciones para que arrojara resultados favorables para algún candidato en particular.
Otra explicación para entender los sorpresivos resultados de la elección presidencial puede asociarse con la idea de que los electores panameños siempre pasan factura a sus gobernantes y emiten el ‘voto castigo’. En este caso, el desfavorecido fue el abanderado oficialista. El presidente Martinelli arremetió contra el pueblo panameño por ser “desagradecido”. Agregó que espera que ‘dios los coja confesados’ cuando su sucesor tome posesión. Pero, ¿por qué votó el pueblo por un candidato de un partido político relativamente débil? ¿Por qué no voto por el Partido Revolucionario Democrático (PRD), fundado por el general Torrijos hace 35 años? El PRD tiene casi 600 mil adherentes y sólo sacó 510 mil votos en esta contienda. ¿Por qué votaron los perredistas por el candidato del Partido Panameñista, Juan C. Varela? Todo indica que el ‘voto castigo’ fue dirigido tanto al presidente Martinelli como al candidato del PRD, Juan C. Navarro.
Antes de continuar con el análisis del ganador y de los grandes perdedores, hay que señalar que la campaña electoral de 2014 presenció por primera vez en 30 años (desde 1984) la postulación de candidatos de la izquierda panameña. El candidato independiente, Juan Jované, quien logró introducir los problemas del país en los debates presidenciales, obtuvo algo menos del uno por ciento de los votos. A su vez, el candidato del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Genaro López, no obtuvo los votos esperados.
Jované desarrolló su campaña sin apoyo financiero, pero logró calar en sectores importantes de la sociedad panameña. Su discurso se dirigió a las causas de los problemas que tiene el país y que el pueblo está sufriendo. Denunció el saqueo de las arcas fiscales por la oligarquía financiera, que apoya economicamente a los tres partidos mayoritarios del país. Prometió poner fin a la corrupción que está llevando al país al borde del colapso tanto moral como material. También señaló que la única manera de rescatar de la bancarrota a los sectores productivos de la economía – el agro y la industria – era denunciando y saliéndose del Tratado de Libre Comercio con EEUU. Su campaña hizo énfasis en el estado ruinoso en que se encuentran los programas educativos y de salud del país. Las escuelas están literalmente colapsadas y los centros de salud no cuentan con equipos o materiales de trabajo.
Genaro López, dirigente obrero de la construcción, obtuvo muchos menos votos de los esperados. Se calculaba que capturaría por lo menos el 4 por ciento del electorado, para poder consolidar el partido FAD y elegir por lo menos un diputado a la Asamblea Nacional. Es probable que el discurso que buscó un equilibrio en sus propuestas terminó perjudicando las aspiraciones electorales de López. Siguiendo los ejemplos de Lula, Sánchez Cerén y Mojica no se pronunció abiertamente de izquierda y partidario de cambios radicales. Quienes podrían haber votado por una alternativa, prefirieron inclinarse a favor del ‘voto castigo’. Había que asegurar que Martinelli no regresara a la Presidencia, sobre las espaldas de su pupilo o de la mano de su señora, candidata a la Vice-presidencia.
El presidente electo Varela, tiene una política muy parecida si no idéntica a la de Martinelli. Contrasta, sin embargo, el estilo que hasta ahora ha presentado al país. Pero Varela está sujeto a las políticas que emanan de EEUU en materia económica, social y militar. Incluso, su militancia en el Opus Dei, una orden conservadora de la Iglesia católica, es bien vista por Washington.
En su primera conferencia de prensa la noche de su elección, no perdió el tiempo para intrometerse en los asuntos internos de Venezuela repitiendo la propaganda de la Casa Blanca contra el gobierno del presidente Maduro. Durante su campaña no se refirió a los problemas del Canal de Panamá, a la creciente militarización extranjera del país, ni a la crisis del agro. En cambio, destacó su compromiso de reducir el costo de la canasta básica, poner fin a la corrupción y desarrollar proyectos de vivienda social.
Jované declaró – en la noche en que se anunció la victoria de Varela - que el Movimiento Independiente por la Refundación Nacional (MIREN) se convertirá en la ‘conciencia social’ del país para exigir que el nuevo presidente (2014-2019) cumpla con todas sus promesas.
El partido del presidente electo también ganó, por un estrecho margen, la Alcaldía de la ciudad de Panamá. Es el segundo cargo de elección popular más importante del país. Sin embargo, Varela contará con una bancada legislativa minoritaria de sólo 12 diputados de un total de 71. Además, estará en minoría en los consejos municipales del país. La figura de Varela ganó las elecciones presidenciales pero su partido quedó relegado a un papel secundario en el resto de las instancias gubernamentales.
En la Asamblea de Diputados el partido de Martinelli, Cambio Democrático, ganó una mayoría relativa con casi 30 diputados. El PRD obtuvo 23 curules. Se especula que el PRD hará una alianza con el Partido Panameñista (Varela) para impulsar una agenda legislativa en el período 2014-2019. Tampoco se puede descartar que el próximo gobierno negocie con Martinelli y sus 30 diputados.
El PRD mostró su fortaleza en los 75 municipios del país donde ganó la gran mayoría de los concejos municipales. El partido fundado por el general Torrijos cuenta con una amplia base, bien estructurada y con capacidad de movilización. Esa organización, sin embargo, rechazó a los candidatos a diputado y a Presidente de la República de su propio partido. A pesar de tener 570 mil miembros inscritos en todo el país, el candidato a presidente sólo saco 510 mil votos.
El triunfo de Varela es el resultado de la simpatía que su figura despertó en los sectores menos organizados de la clase trabajadora, así como en las provincias agropecuarias. El 50 por ciento de la población trabajadora panameña es informal. Martinelli hizo una campaña basada en promesas, regalos y efectivo para ese sector, el menos protegido de la población. El pueblo panameño lo rechazó y respondió con el “voto castigo”. El PRD también fue castigado por ser el arquitecto de las políticas neoliberales (durante la gestión de Pérez Balladares, 1994-1999) que han causado una crisis en la mayoría de las familias panameñas cuyos jefes han perdido sus empleos y sobreviven en la informalidad. Los jóvenes panameños que no encuentran un empleo decente también castigaron con su voto a Martinelli y al PRD.
Si Varela quiere hacer un gobierno que logre movilizar a la población panameña, tiene que enfocar su atención en el problema clave del país: La falta de empleo decente y productivo disponible para la juventud. Para ello tiene que modificar sustancialmente los programas neoliberales aplicados por los últimos cuatro gobiernos (20 años). Los programas de dádivas son concebidos para emergencias coyunturales. Sin embargo, Varela ve estos programas como los pilares de su gobierno. Tendrá que modificar esa visión y desarrollar una política nueva en que los jóvenes panameños, trabajando, produciendo y estudiando, se conviertan en los pilares de su gestión gubernamental.
No es un secreto que los tres candidatos que presentaron los partidos tradicionales para la Presidencia responden a los intereses de los grandes capitales del país y de EEUU. Varela no fue la excepción. Ya insinuó que nombrará como director de la Caja de Seguro Social (con un presupuesto que se acerca a los dos mil millones de dólares) a un empresario quien afirmó recientemente que la institución tiene que adoptar el programa de cuentas individuales. Cualquier alternativa, agregó, sería ‘inmoral’. Como ministro de la Presidencia y coordinador de la transición de la administración gubernamental, nombró a un abogado conservador con fuertes vínculos con empresas monopolistas de EEUU. El gran capital panameño fue el que celebró más la derrota electoral de Martinelli y el triunfo de un candidato de la oposición tradicional. Ahora les tocará negociar con Varela. Entre los presidentes saliente y electo hay grandes diferencias de personalidad y de estilo. Pero ambos son empresarios y responden, básicamente, a los mismos intereses de la clase que ha gobernado a Panamá en los últimos dos siglos, con algunas pocas excepciones.
Los gobiernos que ha tenido Panamá desde que comenzó el ciclo posterior a la invasión militar norteamericana de 1989 han tenido una política social represiva. Esta política se destaca, sobre todo, en las políticas laborales. Por un lado, ha deprimido los salarios para favorecer las ganancias de los empresarios. Por el otro, ha desarticulado sistemáticamente las organizaciones sindicales de los trabajadores. En el campo, ha destruido los asentamientos campesinos, las cooperativas y a los pequeños y medianos productores. En los centros educativos acabó con las organizaciones estudiantiles e, incluso, modificó los textos escolares de historia y ciencias sociales para favorecer a las figuras individuales de la clase dominante.
La política represiva de los últimos gobiernos no será alterada por Varela. Sólo queda por ver con qué fuerza pretende suprimir los movimientos sociales que luchan por los de derechos de los trabajadores, campesinos, indígenas, jóvenes y mujeres del país. Los trabajadores exigen mejores condiciones de trabajo y salarios más justos. Varela parece no tener un plan para enfrentar estas demandas.
Igualmente, en el campo, Varela ha señalado que no pretende introducir cambios a las actuales políticas que están arrasando con los productores. Los pueblos indígenas que están luchando para conservar sus tierras, tampoco han recibido señales del próximo gobernante.
En las alianzas políticas que se avecinan, Varela buscará la forma de sumar a su gobierno a los sectores empresariales. Todo indica que no tiene en sus planes incorporar figuras de la oposición tradicional que promuevan programas sociales y económicos que puedan beneficiar a los sectores populares.
Varela llegó a la Presidencia tras un triunfo sorpresivo en las urnas. Es improbable que su trayectoria política se altere y le dé otra sorpresa al pais impulsando políticas que beneficien al pueblo panameño.
8 de mayo de 2014

jueves, 1 de mayo de 2014

El 1º de mayo con huelgas y elecciones


Los trabajadores del mundo entero hacen una pausa en el día de hoy para conmemorar a los mártires de Chicago, un grupo de obreros que fueron castigados por sus ideas libertarias y colgados injustamente a fines del siglo XIX. Las luchas populares de aquel entonces por los derechos básicos – salarios justos, jornadas de ocho horas, condiciones sanitarias, entre otras – siguen vigentes en la actualidad.
En el caso de Panamá, en la recta final de un proceso electoral, el 1º de mayo de 2014 tiene un gran sindicato y dos asociaciones de educadores en huelga y protestando en las calles. Obreros de la construcción y gremios docentes continúan con las medidas de presión que comenzaron la semana pasada. Los obreros y los empresarios están a cinco cláusulas de lograr un acuerdo que ponga fin al paro que afecta a un total de 400 proyectos. Los docentes, por su lado, continúan con sus acciones en demanda del aumento sin condiciones de 300 dólares mensuales.
Los empresarios y especuladores internacionales celebran el crecimiento económico de Panamá en los últimos dos lustros. Sin embargo, ignoran que los trabajadores no han participado de ese crecimiento. El 90 por ciento del incremento ha beneficiado sólo a los propietarios y a los especuladores. En cambio, los trabajadores de la ciudad y del campo han sufrido la pérdida de sus empleos formales y han sido obligados a buscar alternativas informales, donde no existen contratos o seguridad social.
La familia trabajadora es la que más ha sufrido en este proceso que los gobernantes llaman “crecimiento económico”. Por un lado, los precios de los productos básicos se han disparado obligando al hogar a realizar milagros para poner sobre la mesa lo mínimo necesario para alimentar a la familia. Por el otro, la desintegración de la familia ha convertido al barrio en terreno fácil para la consolidación de crimen organizado y la corrupción en todas las esferas.
Las políticas neoliberales impuestas desde arriba en los últimos 20 años han transformado la estructura productiva del país. Ha reducido la planta industrial y, al mismo tiempo, ha reducido drásticamente el número de hectáreas sembradas. Las actividades económicas se han concentrado en el sector de servicios y en la especulación. Las organizaciones obreras se han visto reducidas y el número de trabajadores sindicalizados es cada vez menos.
El Ministerio de Trabajo en forma sistemática rechaza las solicitudes de formación de sindicatos. En 2010, incluso, pretendió acabar con el sindicalismo panameño mediante un decreto. El rechazo de la iniciativa gubernamental cobró varias vidas y centenares de heridos en las fincas bananeras de Changuinola y en la ciudad de Colón. En las áreas rurales de Panamá han desaparecido las comunidades agrícolas y los centros tradicionales de producción agrícola contratan fuerza de trabajo de la comarca Ngobe Buglé a precios muy por debajo de la línea de pobreza: Cafetales en Boquete, arrozales en Soná y Alanje, cañaverales en Coclé, Herrera y Veraguas y bananeras en Bocas del Toro y Barú.
El gobierno del presidente Ricardo Martinelli ha intentado romperle el espinazo al Sindicato de los Trabajadores de la Construcción (SUNTRACS) e, igualmente, a los gremios de los educadores: Asociación de Educadores de Veraguas (AEVE) y la Asociación de Profesores de la República de panamá (ASOPROF). No es casualidad que un miembro del SUNTRACS, Genero López, es candidato a la Presidencia de la República. Igualmente, los miembros del AEVE simpatizan con la candidatura independiente del profesor Juan Jované.
La fuerza sindical no es un factor determinante en la campaña electoral. Fuera de los casos mencionados, se destaca la candidatura a la Vice-presidencia de Alberto Reyes, secretario general de la Federación Auténtica de Trabajadores (FAT), en la nómina de Jované. A diferencia de hace varias décadas, no hay candidatos obreros para cargos de elección popular en los partidos tradicionales.
Las políticas neoliberales han golpeado al movimiento obrero a escala global. En el caso de América latina, sólo hay gobiernos populares con sindicalistas a la cabeza en Bolivia (Evo Morales) y Venezuela (Nicolás Maduro). En países como EEUU y de la comunidad europea, gobiernan oligarquías compuestas por el 0.1 por ciento de la población que son multimillonarios. (Los cien miembros del Senado de EEUU son millonarios. No hay un solo trabajador).
En el caso de Panamá, el gobernante que está preparando sus maletas para abandonar el Palacio de las Garzas era un millonario cuando llegó y ahora es un multimillonario. La mayoría de los diputados pretenden reelegirse por un período de 5 años más para continuar amasando millones. La crisis del capitalismo mundial actual ha llevado a los especuladores al pillaje y a la des-posesión de los trabajadores. La política de explotación económica ha sido abandonada por una fórmula de saqueo. La nueva realidad obliga a los trabajadores a buscar formulas originales que complementen las luchas tradicionales para hacer valer sus conquistas y derechos.
1º de mayo de 2014.