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Desde 2008 abrimos anualmente un blog para ofrecerles mis artículos que aparecen en los medios de comunicación. Pueden abrir los otros blogs para leer artículos escritos en esos años. Son trabajos de aproximadamente 850 palabras cada uno.

La mayoría de los artículos que aparecen en los blogs se refieren a la coyuntura panameña. Sin embargo, se colocan en el contexto de lo que está ocurriendo a escala global y regional. Muchos artículos se refieren también a los problemas internacionales, tanto los relacionados con la crisis del capitalismo global como los ajustes geopolíticos que se experimentan en América latina.

jueves, 31 de julio de 2014

Israel, aliado histórico de EEUU (II)

Este artículo lleva como título “Israel” y no ‘Israel y Palestina’. La razón de esta forma de presentar mis ideas se debe a que el problema es el Estado de Israel. Pienso que si el Estado de Israel desaparece, se resuelve el problema de Palestina. Si desaparece Palestina, en cambio, el problema de Israel sigue igual: Tiene que enfrentar a los demás países árabes de Medio Oriente.
¿Existen probabilidades que desaparezcan el Estado de Israel o Palestina? Creo que las probabilidades son muy escasas, a nada menos que se produzcan eventos - en el cercano o mediano futuro - que no se encuentran actualmente sobre el ‘tablero’ de la geopolítica mundial. Las organizaciones políticas generalmente tienen corta vida. Los nombres pueden sobrevivir pero bajo otras formas políticas.
Por ejemplo, Panamá existe desde hace 500 años cuando los conquistadores españoles fundaron la ciudad en 1519. Ha pasado por muchas formas de organización, pero ha conservado el nombre y otros elementos importantes (pero no fundamentales) por cinco siglos. Igual Inglaterra, que en poco tiempo celebrará su milenio con motivo de la conquista normanda y la consolidación paulatina de su identidad. Podemos mencionar grandes imperios como China que aún existen después de varios milenios. También ciudades que existen, en la actualidad, evocando un pasado esplendoroso como Atenas, Roma, México, Cuzco y tantas otras.
Estos imperios – y todos los demás - tienen un elemento en común: Sus clases dirigentes se creían en contacto directo con los dioses de sus tiempos y como los pueblos elegidos para gobernar el mundo. Este discurso le daba poder sobre sus pueblos para llevarlos al último sacrificio a nombre de una fuerza sobrenatural.
Desde la Revolución francesa los dirigentes políticos han evolucionado y comenzaron a racionalizar su poder. En el siglo XXI (así como en el siglo anterior) las guerras asumen otros símbolos como Patria, Nación o justicia. A pesar de ello, todavía vemos residuos del pasado y escuchamos gritos de guerra que evocan a un dios, a una religión e, incluso, algún papa.
En el caso de Israel, nace como un proyecto político muy controversial a principios del siglo XX que llevaría a pueblos de diferentes partes del mundo – con una religión común - a crear asentamientos humanos en el Medio Oriente. Después de la segunda guerra mundial – 1947 – la ONU cedió la mitad del ‘Protectorado’ inglés - Palestina - a los militantes judíos de Europa y sus agentes sionistas. No hay que olvidar, los judíos fueron perseguidos y masacrados por los alemanes en Europa durante la segunda guerra mundial (1939-1945).
La solución final de los alemanes era eliminar físicamente a los judíos europeos. Además, en su lista de grupos indeseables estaban los gitanos, las minorías eslavas y otros pueblos supuestamente inferiores. Después de la guerra, la solución final de los aliados victoriosos consistió en expulsar a los judíos de Europa: Llevarlos a Medio Oriente.
La decisión tomada en la ONU fue apoyada por la URSS (la actual Rusia) y Gran Bretaña, por distintas razones. EEUU no vio con entusiasmo el proyecto de Israel pero no se opuso. Creía que era un complot soviético para crear en el Medio Oriente un Estado socialista, con sus kibuz e ideas colectivas. Cuando los judíos proclamaron el Estado de Israel en 1948, los gobiernos árabes vecinos le declararon la guerra y fueron derrotados. Hubo dos guerras más y en ambas los judíos ganaron. En la guerra de 1967 Israel ya contaba con el apoyo entusiasta de EEUU, que aprobó la anexión de tierras palestinas adicionales al nuevo Estado.
Para esa fecha, la geopolítica de la región había cambiado y la ‘mesa’ se había dado vuelta. La URSS apoyaba a los gobiernos nasseristas, ‘Baath’ y de otros signos desarrollistas. EEUU, en cambio, se aferró a Arabia Saudita, Irán e Israel. Con el tiempo, EEUU desestabilizó a todos los países árabes, desde el Atlántico al Indico. En las fronteras orientales de la gran Arabia está Irán, de los ‘ayatolas’, que tampoco es aceptado por EEUU. En la conquista de Medio Oriente por parte de EEUU, Israel ha sido su mejor aliado. Sólo en 2014, EEUU presupuestó una transferencia a Israel de 3 mil millones de dólares en apoyo militar y otros 500 millones de dólares en ayuda para el desarrollo tecnológico. En la tercera y última entrega, la próxima semana, veremos el futuro de Israel.
31 de julio de 2014.

jueves, 24 de julio de 2014

Israel en la coyuntura

(1ª entrega de tres partes)
Dos diarios símbolos de la política agresiva de EEUU y Europa, respectivamente, The New York Times y El País (de Madrid), analizaron la ofensiva de Israel contra la población de la Franja de Gaza y llegaron a la misma conclusión: Israel se está empantanando en medio de la masacre que ya ha cobrado más de 650 vidas. Tanto Nathan Thrall como Juan Gómez, los analistas de los diarios mencionados, señalan que urge que Israel encuentre una salida rápida a la crisis creada por su ofensiva.
Ambos señalan que los ataques sangrientos de Israel contra la población que vive en la Franja de Gaza tienen como objetivo impedir la ejecución de los acuerdos políticos alcanzados el pasado mes de abril entre la Autoridad Palestina (dirigida por la Organización de Liberación Palestina – OLP) y el Partido Hamas. Lo más importante del pacto celebrado entre las dos facciones políticas que representan a Palestina, fue la concesión de Hamas para que la Autoridad Palestina - desde Ramala - asuma la administración tanto de Cisjordania como de la Franja de Gaza. El acuerdo condujo a los palestinos a una reconciliación de proporciones históricas.
En 2006 el Partido Hamas ganó las elecciones convocadas en la Franja de Gaza. En Cisjordania, en cambio, ganó la OLP. La OLP no reconoció el triunfo de Hamas y continuó dirigiendo la Autoridad Palestina sin Gaza. Igualmente, Israel y EEUU no reconocieron el triunfo de Hamas. EEUU había declarado a Hamas un grupo “terrorista” por su oposición a Israel. La Franja de Gaza fue bloqueada por Israel, satanizada por EEUU y Egipto le impidió llegar a sus almacenes y hospitales en la frontera que comparten.
La reunificación palestina este año fue percibida inmediatamente como una amenaza por Israel. Su reacción fue cerrarle el paso, primero, a la contribución del emirato de Qatar para cubrir la planilla mensual de 43 mil empleados públicos de Gaza. Segundo, apretó aún más el bloqueo de Gaza que le impide tener acceso al mundo exterior.
El pacto político entre Hamas y la OLP le presentó una oportunidad a Israel para mejorar sus relaciones con ambas organizaciones palestinas. Sin embargo, no lo aprovechó. Al contrario, desató una ofensiva letal contra la Franja de Gaza. El acuerdo entre las partes palestinas le entregó la administración de la Franja a la OLP, dejando a Hamas fuera del gobierno. Las decisiones políticas de Gaza fueron trasladadas a Ramala donde gobierna la OLP a través de la Autoridad Palestina. El nuevo gobierno se comprometió a cumplir con las demandas de EEUU para recibir ayuda económica: ‘Poner fin a la violencia’, ‘adhesión a pactos anteriores’ y el reconocimiento de Israel.
EEUU rechazó la oferta del rico petro-emirato de Qatar. Washington alegó que su legislación prohíbe que cualquier entidad tenga contactos con Hamas bajo sospecha de ser “terroristas”. La Casa Blanca tuvo la oportunidad de buscar una solución a la crisis palestina actual pero prefirió continuar agudizándola.
Incluso, cuando la ONU se ofreció para ser el conducto para que Qatar hiciera llegar los fondos a Gaza, EEUU se mostró reticente e Israel acusó a la entidad mundial de intentar canalizar dinero al Partido Hamas. Según el periodista Nathan Thrall, “Israel pretende regresar al status quo ante cuando Gaza no tenía agua potable, sólo contaba con energía 8 horas al día, las aguas servidas eran echadas al mar y las cloacas se desbordaban en las calles”. Thrall cree que un “cese del fuego por parte de Israel no duraría mucho ya que no resuelve la crisis económica de la Franja y tampoco abre la frontera con Egipto”. Gaza no puede continuar siendo bombardeada y aislada del resto del mundo.
Aunque parezca paradójico, Hamas se fortalece con cada bomba israelí que cae sobre Gaza. A pesar del creciente número de víctimas producto de la ofensiva israelí, Hamas recibe el apoyo de sectores cada vez más amplios. La Autoridad Palestina que administra Gaza desde abril de 2014 no es capaz de tomar decisiones. Egipto aún no abre su frontera. EEUU e Israel consideran que la masacre de palestinos constituye un ejercicio ‘defensivo’.
Según el periodista español, de El País, Juan Gómez, “las bombas de Israel la alejan con cada explosión. Fortalecen la reputación de Hamas entre una población que se siente encarcelada y machacada por un enemigo impune”.
(Continua)
24 de julio de 2014.


jueves, 17 de julio de 2014

Urge moratoria en la extracción de oro

Por razones envueltas en un alto grado de misterio, los dueños canadienses-sudafricanos de Minera Panamá, en la serranía de Coclesito, reiniciaron la extracción de oro en su concesión de Petaquilla. Después de las elecciones de mayo pasado, en una demostración de fuerza, trataron de intimidar a los trabajadores, comunidades y gobernantes con un cierre de sus operaciones. Desde que la Minera Panamá – que fue adquirida por First Quantum Minerals (con sede en Vancouver, Canadá) – inició operaciones hace casi diez años, sólo ha causado problemas para los trabajadores del área, peligros en el campo de la salud y daños ecológicos. Según sus operadores locales, la mina ha extraído oro por un valor superior a los 1,000 millones de dólares en pocos años. En forma de tributo le ha reconocido al Estado panameño aproximadamente 10 millones de dólares.
Según los medios de comunicación, el oro es extraído de la mina y trasladado en helicópteros para embarcarlo en la costa del Caribe. No han construido carreteras y no existen instalaciones portuarias. Han talado miles de hectáreas y han construido tinas sin las debidas precauciones. La Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) ha multado en varias ocasiones a la empresa sin que la misma pague. Desde 2007, los trabajadores protestan cerrando carreteras y llevando sus pliegos al Ministerio de Trabajo sin que se les haga caso. A principios de 2014, los obreros de la empresa minera suspendieron sus labores. Según un comunicado, “durante 12 meses fueron objeto de descuentos para la Caja de Seguro Social sin recibir las fichas respectivas. Además, los pagos de las quincenas fueron efectuadas con atraso y fueron objeto de represalias por reclamar sus derechos. A esta denuncia se suma la grave situación que sufren los trabajadores liquidados que aún no han recibido su pago”. Los trabajadores agregaron que “el gobierno nacional, la Caja del Seguro Social y el Ministerio de Trabajo son cómplice de estas violaciones laborales”.
Existen malos antecedentes. En 2009 la Minera empezó a extraer minerales, “silenciosamente y sin el conocimiento de las autoridades”, según un diario de la capital panameña. Mientras que en Panamá negaba estar produciendo, a “sus accionistas en Canadá les informaba que la planta había producido alrededor de 9 mil 525 onzas de oro y 3 mil 195 onzas de plata. Todo esto sin que el gobierno se pronunciara y alegando ignorar los hechos. En aquella ocasión los medios informaron que “para poder abrir la operación, la Anam le exigía a la compañía minera la presentación de dos estudios de impacto ambiental complementarios y el pago de una nueva fianza por más de 14 millones de dólares”. La Minera ya estaba produciendo y exportando.
Según Eduardo Gudynas, especialista en impacto ambiental, “la minería de oro se ha convertido en un flagelo que azota a muchos países de América Latina. Operan unas pocas transnacionales gigantes… que pretenden contar con tecnologías de punta, servir al crecimiento económico y brindar empleo”. En la gran minería del oro, sin embargo, se generan toda clase de impactos territoriales y ambientales y las repetidas promesas de excelencia en tecnología y gestión se han derrumbado. “Pascua Lama, una gigantesca operación ubicada en las cumbres andinas compartidas entre Argentina y Chile, prometió que sería el ejemplo de desempeño ambiental. La realidad ha sido otra, y ante su mala gestión, la empresa ha sido multada y suspendida por la justicia chilena”.
Según Gudynas, “estos problemas ya no se pueden solucionar con nuevas tecnologías mineras, con responsabilidad social empresarial o algún nuevo tipo de política pública”. Panamá debe declarar una moratoria de la minería de oro.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU) aprobó hace tres semanas una resolución histórica para establecer un grupo de trabajo intergubernamental con el objetivo de elaborar un instrumento internacional legalmente vinculante que obligue a las grandes transnacionales y a otros inversores a cumplir las normas para proteger los derechos humanos. La buena noticia, tiene su lado negativo ya que EEUU y los países miembros de la Unión Europea rechazaron el acuerdo.
La ONU también fue marco para la realización del Tribunal Permanente de los Pueblos donde se presentaron 12 casos de violaciones sistemáticas de derechos humanos cometidas por grandes empresas, como Chevron-Texaco en Ecuador, Shell en Nigeria, la israelí Mekorot en Palestina, la suiza-inglesa Glencore Xstrata en 7 países, Lonmine en Sudáfrica, Coca-Cola en Colombia y el caso de una empresa española, Hidralia, en Guatemala.
Panamá, 17 de julio de 2014.

jueves, 10 de julio de 2014

“Dominación sin hegemonía es efímera”

En un seminario celebrado recientemente, el sociólogo barbadiense, Whitfield A. Knight, recordó que “la dominación sin hegemonía es efímera”. El debate se ubicaba en el plano de la actual crisis del sistema capitalista. Por un lado, la economía capitalista que aún no se recupera del golpe sufrido en 2008. Por el otro, las guerras locales desatadas en todo el mundo, incluso Europa.
Las bolsas de valores y la ‘economía real’ están estancadas, sin capacidad de generar ganancias. Son precisamente estas instituciones capitalistas las que sirven como palancas para someter a los pueblos que forman parte del sistema. La confianza que deposita la gente – no importa de qué clase social – en el mercado y los bienes y servicios que ofrece a la masa consumidora constituye la herramienta de dominación más eficaz. Esa confianza en la promesa del consumo - hegemonía - es más eficaz que todas las religiones, la educación o la represión.
En el mismo seminario celebrado en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), de La Habana, Cuba, el austriaco, Peter Stania, planteó que en la actual crisis que enfrenta a Rusia y EEUU en Ucrania, Washington tiene como política quebrarle el espinazo a Moscú. Todo indica que EEUU abandonó el proyecto de incorporar a Rusia a la Alianza Atlántica tal como lo ha hecho con el resto de Europa central y oriental. Entre los muchos planes de contingencia de Washington, cobra fuerza la que promueve la destrucción de la Federación rusa, tal como se conoce hace tres siglos.
Con el colapso de la URSS, en 1991, los estrategas de EEUU supusieron que el antiguo bloque socialista caería rapidamente en la órbita de la gran Alianza Atlántica. No estaban equivocados. La excepción fue Rusia que reaccionó ante la ofensiva norteamericana y está resistiendo el avance avasallador de los países del pacto Atlántico.
La lógica del mercado capitalista dio cuenta del bloque socialista y la URSS. ¿Cuánto tiempo podrá resistir Rusia su acoplamiento subordinado al sistema? Todo indica que Rusia no presenta una estrategia – dentro del sistema o fuera de él - como alternativa para defenderse. Todo indica que está negociando – utilizando sus riquezas naturales - su inserción definitiva al sistema. En una ponencia que presentamos señalamos que EEUU maneja dos tesis en torno a sus relaciones con Rusia. Por un lado, dividir a la Federación rusa en tres países (Europa, Siberia y Lejano oriente). Por el otro, incorporarla a la periferia de la Alianza Atlántica, como país dependiente.
La tercera ponencia que impactó a la asistencia fue la del sociólogo haitiano, Camille Chalmers, quien abordó la crisis en su país, provocada por la ocupación militar coordinada por EEUU. Describió como Washington desarticuló el país desde el terremoto y mantiene una fuerza militar multinacional ocupante. La táctica norteamericana descansa sobre su noción del “Estado fallido”. Washington aplica esta noción a todo país que considera su enemigo y, como consecuencia, debe ser objeto de una intervención militar. En América latina, EEUU coloca en esa categoría a gobiernos que no se someten a sus dictados como Bolivia y Venezuela.
Todo indica que el mundo se mueve hacia una dominación total de EEUU, pero sin hegemonía. Washington optó por construir una enorme red mundial de bases militares. Ha creado conflictos en el este europeo donde envió tropas a Polonia y Letonia. En el Mar de China donde amplió su presencia militar en Filipinas. En el Medio Oriente, donde financia y arma el ejército del nuevo califato en Irak y Siria. En el Gran Caribe, tiene un cerco sobre la zona insular con bases y tropas en Colombia, país vecino de Venezuela. Además, interviene directamente con ‘asesores’, armas y financiamiento en la ‘Guerra contra las drogas’ en México.
La dominación de EEUU se sostiene sobre una estrategia militar, cuya base social y económica tiende a debilitarse. EEUU está conciente de esta realidad y tiene como objetivo estratégico contener y aislar a China. Pretende impedir el movimiento chino sobre el Pacífico. La encierra por el sur y oeste. El gran reto para EEUU es la Federación rusa en el norte. Un eje formado por China y Rusia no le permitiría a EEUU conservar su dominación mundial. La destrucción de Ucrania es para debilitar a Rusia y, de paso, neutralizar a una China pujante
Tal como señalara Knight en el seminario del ISRI, “la dominación sin hegemonía es efímera”.
10 de julio de 2014.

jueves, 3 de julio de 2014

Militarismo, democracia y derechos humanos


Hace pocos días un soldado norteamericano en ‘misión’ de entrenamiento de policías según los medios locales asesinó, en la provincia de Los Santos, a una joven panameña. Hay indicios que el soldado intentó esconder su acto criminal enterrando a la mujer. EEUU invocó uno de los tantos acuerdos militares con Panamá para declarar al soldado un ‘agente diplomático’. Las autoridades panameñas entregaron el soldado a EEUU y todo indica que no será juzgado por su supuesto crimen.
Esta es una de las tantas consecuencias negativas de la creciente militarización de Panamá, que se suma a la corrupción y a los radares perdidos. Me imagino que la primera pregunta del presidente Juan C. Varela, quien asumió el poder el martes, a sus asesores en ‘seguridad nacional’ fue ¿dónde están los radares que el gobierno del expresidente Martinelli le compró a una empresa cercana a Silvio Berlusconi en Italia? Los radares se han convertido en un escándalo que puede acabar con las carreras de muchos políticos en Italia y, a la vez, puede poner a Martinelli en el banquillo de acusados en ese país europeo.
Detrás de las historias de mal uso de fondos públicos, sexo y otros abusos se encuentra un verdadero peligro para Panamá. Se trata del creciente militarismo que los sectores gobernantes abanican sin considerar los resultados catastróficos que representa. En menos de cinco años, Washington estableció 12 bases aeronavales sobre las costas panameñas. Los militares norteamericanos también crearon un Ministerio de Seguridad Pública en Panamá con un presupuesto anual que se acerca a los mil millones dólares. Gran parte del presupuesto es invertido en la compra de armas, el entrenamiento de oficiales y soldados y otras actividades.
La formación de militares no puede ser objeto de un rechazo si es realizado para enfrentar a un enemigo que amenaza a Panamá. Pero el país no tiene enemigos, tenemos relaciones normales con nuestros vecinos y, lo más importante, no existen grupos insurgentes en el país. Entonces ¿al servició de quién están los militares que guardan nuestras fronteras y nuestras costas? La respuesta es sencilla: Es parte de la política exterior de EEUU de construir una red de bases a escala mundial para resguardar lo que llama su seguridad nacional.
En 1946 cuando terminó la II Guerra Mundial, EEUU le pidió a Panamá que nombrara a un militar como jefe de la Policía Nacional. Así llegó el entonces capitán José A. Remón a la cima del poder militar como peón de lo que sería el Comando Sur norteamericano acantonado en el Istmo. Remón después fue Presidente de la República y creó la Guardia Nacional que en 1968 dio el golpe militar.
¿Será casualidad que entre las primeras medidas del presidente Varela fue encumbrar a un militar como jefe de la Policía Nacional? Más bien parece que fue producto de una solicitud de EEUU que dio un paso en firme en la militarización de la Policía Nacional. Otro elemento que tampoco es casualidad es mantener en sus cargos a los jefes del Servicio de Fronteras (SENAFRONT) y del Servicio Aeronaval (SENAN), instituciones militares.
Las contradicciones afloraron inmediatamente. El presidente Varela anunció que trasladaría 1000 efectivos del SENAFRONT a fortalecer a la Policía comunitaria de las ciudades de Panamá y Colón. Medida que es urgente ante el estado de abandono en que el gobierno pasado tenía a las ciudades terminales. Pero, su ministro de Seguridad Pública dijo pocos días después que trasladaría un fuerte contingente de soldados a la frontera con Colombia. Incluso, insinuó que su misión sería colaborar con el Ejército de Colombia (y de paso con EEUU). Para saber cuáles son los planes del nuevo gobierno en materia de lo que llaman ‘seguridad nacional’, los panameños tenemos que consultar al Comando Sur de EEUU.
La relación con EEUU es asimétrica. En los últimos quince años nos han tapado con ‘acuerdos’ que nos imponen como si fueran parte de nuestro orden jurídico. Washington interpreta estos documentos que salen de su Embajada en Panamá de acuerdo con cada coyuntura. Obliga a Panamá a ceder su soberanía y pone a nuestros ‘soldados’ al servicio de sus intereses, abandonando los objetivos que señala claramente la Constitución de la República.
Hemos planteado que en Panamá no habrá democracia si seguimos sometidos a los intereses de un Ejército extranjero. También hemos señalado que un gobierno militar es por definición contrario a la democracia.
3 de julio de 2014.