“El pan sucio de la corrupción” fue el título
que le dio L’Osservatore Romano a la condena que le hizo el papa
Francisco, líder espiritual de la Iglesia católica, a la corrupción que tiende
a generalizarse en los círculos políticos y empresariales a escala mundial.
En una misa
celebrada por el pontífice, éste señaló que es un mandato de Diós “llevar el
pan a casa con nuestro trabajo honesto”. En cambio, el que lleva a su casa pan
sucio – producto de la corrupción – pierde su dignidad. El papa Francisco
agregó que “se comienza tal vez con un pequeño soborno, pero es como la droga.
Incluso, si el primer soborno es «pequeño, después viene el otro y el otro y se
termina con la enfermedad de la adicción a los sobornos”.
El
presidente Juan C. Varela aprobó una transferencia de 1.5 millones de dólares
para repartirlos entre los diputados de la Asamblea Nacional. Según el Ejecutivo,
la ‘coima’ le permitiría a los diputados hacer obras de caridad. Cada uno de
los diputados recibiría 25 mil dólares.
Varela
es un reconocido miembro de la orden Opus Dei, de la Iglesia católica,
que es muy celosa de las palabras de los pontífices romanos. Cabe preguntarse
si el presidente de la República actuó concientemente o fue presionado por
circunstancias políticas para repartir favores a los diputados. En estos
momentos Panamá presencia el desfile de funcionarios de la administración anterior
presidida por Ricardo Martinelli (2009-2014) que están siendo citados a las
fiscalías para ser interrogados. También están siendo investigadas las empresas
que recibieron favores políticos o que sobornaron a funcionarios públicos.
El
presidente de la Asamblea de Diputados convocó a una conferencia de prensa
donde invitó a cuatro entidades caritativas que, según se informó, recibieron
donativos del político. Según el papa Francisco, “los administradores corruptos
‘devotos del dios soborno’ cometen un ‘pecado grave contra la dignidad’ y dan
de comer ‘pan sucio’ a sus propios hijos. A esta ‘astucia mundana’ se debe
responder con la ‘astucia cristiana’ que es un don del Espíritu Santo”.
El
papa Francisco advierte que no sólo es el corruptor el que ‘peca’. También el
‘juega vivo’, el que cree manejar la ‘astucia mundana’ y dan de comer pan sucio
a sus hijos. “Quizás hoy –dijo el papa – nos hará bien a todos rezar por tantos
niños y jóvenes que reciben de sus padres el pan sucio. También estos están
hambrientos. ¡Están hambrientos de dignidad!”.
El
que recibe dinero mal habido, sacado de las arcas públicas, por una orden
ejecutiva, se equivoca creyendo que está bien porque ‘todos lo hacen’.
Francisco pidió que todos oraran “para que el Señor cambie el corazón de estos
devotos del dios soborno”. Recordó que “la dignidad viene del trabajo digno,
del trabajo honesto, del trabajo de cada día y no de estos caminos más fáciles
que al final arrebatan todo. Existe el riesgo de terminar como la persona de la
que habla el Evangelio, “que tenía muchos graneros, muchos silos, todos llenos
y no sabía qué hacer. Esta pobre gente que ha perdido la dignidad cometiendo
sobornos, lleva consigo no el dinero que ha ganado, sino sólo la falta de
dignidad. Oremos por ellos”.
En
Panamá hay 700 escuelas que no reciben mantenimiento para que el sistema de
agua potable funcione. Que no tienen baños funcionales. Que no tienen huertos o
campos de juego. ¿Qué dirá la ministra de Educación, que tampoco tiene partida
para cubrir las necesidades del próximo año lectivo 2015?
En
Panamá los 40 hospitales y cerca de doscientos centros de salud administrados
por el gobierno no tienen los elementos básicos para dar los servicios que
señala la ley (aprobada por los diputados) a la población. Los pobres tienen
que pedir milagros para que sean atendidos. Los trabajadores asegurados están
frustrados porque cotizan dos mil millones de dólares al año y no reciben los
servicios establecidos en los reglamentos y leyes.
¿Los
25 mil dólares que recibió cada diputado como regalo de Navidad (nacimiento del
hijo de Dios), es parte de un arreglo político? ¿Parte de un soborno, juega
vivo, parte de lo que quieren llamar ‘cultura política’? El gobierno anterior
que presidió Ricardo Martinelli está en la silla de los acusados. El actual no
ha demorado mucho para seguir por el mismo camino.
Hay
que aprender a “llevar el pan a casa con nuestro trabajo honesto”.
18 de
diciembre de 2014.
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