La Navidad es una oportunidad propicia para que la familia
panameña haga una reflexión en torno a la experiencia vivida en 2014 y las
tareas urgentes que se presentan para 2015. Los días del calendario se agotan y
los panameños tienen que prepararse para iniciar un nuevo año.
¿Cómo será ese nuevo año? ¿Se parecerá al que termina en
pocos días? La mayoría de los panameños creen que 2015 tiene que ser muy
diferente al que acaba de pasar. Para iniciar el nuevo año con posibilidades de
que sea totalmente diferente al anterior, hay que tener claro cómo fue 2014 y
sus causas, para evitar que se repita lo negativo.
Salta a la vista la pérdida de calidad de vida, la
disminución de los ingresos y los nuevos obstáculos que surgieron para recibir
los servicios sociales que por ley tienen derecho los panameños. No sólo
disminuyeron los ingresos de los trabajadores del campo y de la ciudad, también
hubo un incremento de los precios de los productos de consumo básicos.
El deterioro de la situación económica de la familia
panameña fue complementado por el aumento de la inseguridad que azota a las
comunidades. Según la Policía Nacional, el número de jóvenes y adolescentes en
‘pandillas’ creció, los crímenes siguieron haciendo estragos y no se presentan
políticas que disminuya la ola delincuencial.
Al mismo tiempo, el sector especulativo de la economía
creció a una tasa cercana al 15 por ciento. Los beneficios arrojados por esta
expansión se concentraron en una pequeña minoría de financistas, ‘transitistas’
y rentistas.
En 2014 la disminución de la calidad de vida y la
inseguridad, vino acoplado de una avalancha de corrupción a los niveles más
altos del mundo político y empresarial. El cambio de gobierno producido a
mediados de año del presente año, provocó una explosión de denuncias de
sobornos, fraudes, desfalcos y toda clase de omisiones en el sector público.
Incluso, Panamá es acusada de promover la corrupción a
escala internacional. El expresidente Ricardo Martinelli, quien es mencionado
como favorecido por coimas millonarios en los juzgaos de Italia, bautizó el
espectáculo como una telenovela. EEUU también aparece entre los salpicados.
Muchos de los equipos militares y de inteligencia que utilizan los estamentos
de seguridad del país han desaparecido o han sido declarados inútiles. Las
fuerzas armadas de EEUU coordinan el funcionamiento de las bases ‘aéreo-navales’
en ambas costas panameñas. Además, su Guarda Costa penetra en forma cotidiana
las aguas territoriales panameñas bajo la mirada cómplice del gobierno
nacional.
EEUU introdujo a Panamá equipos sofisticados de espionaje
con el propósito supuesto de ‘rastrear’ a los ‘narco traficantes’. Panamá le ha
comprado a ese país millones de dólares en armamento para resguardar las
fronteras. El equipo, sin embargo, ha sido utilizado para reprimir protestas de
los movimientos sociales. La dirección del estamento de seguridad del nuevo
gobierno denunció la pérdida de un aparato de ‘escucha’ valorado en 13 millones
de dólares.
En lo que aparentó ser el resultado de un ‘voto castigo’ en
las elecciones de mayo, el candidato Varela, que iba de último en las encuestas
(¿amañadas?), fue el vencedor. El partido Cambio Democrático (CD), del
presidente saliente Martinelli, sin embargo, ganó 27 curules, el PRD 25 y el
Partido Panameñista (del presidente Varlea) sólo 14. Los triunfos del CD según
múltiples denuncias fueron el producto de mal uso de fondos públicos. Como
consecuencia fueron impugnados, con éxito, un total de 9 elecciones para
diputados, dos alcaldías y numerosas representaciones de corregimiento.
Las elecciones parciales celebradas después de que el
Tribunal Electoral acogiera las impugnaciones redefinieron la correlación de
fuerzas en la Asamblea de Diputados. El partido de Varela ahora tiene 17
curules, el PRD un total de 26 y el CD 25. El triunfo de Varela y la nueva
correlación de fuerzas, sin embargo, no indican que han cambiado las prácticas
corruptas que siguen imponiéndose en el país.
Previa a las elecciones de mayo de 2014, el gobierno del
entonces presidente Martinelli repartió cerca de 150 millones de dólares a los
diputados con aspiraciones a reelegirse. Utilizó el Programa de Ayuda Nacional
(PAN) para ese fin. Para sorpresa del pueblo panameño, el presidente Varela,
utilizando como vehículo el mismo PAN, repartió bonos por 1.5 millones de
dólares entre los diputados para que festejen en sus circuitos electorales. “Al
Pan, Pan y al vino, vino”, dice el
refrán popular. ¡Feliz Navidad!
25
de diciembre de 2014.
Gracias por este otro punto de vista sobre la política y el gobierno en Panamá
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